Imagen de una coca cola batida, tirada al suelo, y luego destapada. En su interior, como detalle, vemos una frontera horizontral, que divide dos colores. Un ocre oscuro, y un espumante marrón. Pronto, la sustancia ocre, comienza a avanzar de transversal en transversal, hacia arriba.
En off, una voz perdida reflexiona sobre la inmutabilidad de la angustia, de forma constante, durante un largo período de cambios al unísono.
- Su discurso me importa un rábano, al igaulq eu toda esta intención estética.
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