Keeping tabs on our nation
On the land, on the sea, in the sky
But every single night
Before I go to bed
I get down on my knees
And thank God
jueves, 19 de julio de 2007
XXVIII *
La constatación de lo afectivo de la memoria, como dominante de la misma.
La idea ocurrida en el baño, de la cual solo se recuerde su aspecto o metatexto morfológico: el hecho de formar parte de otra numeración dentro de la brecha, ya que el pensamiento correspondería a los posteriores del cierre teórico de la brecha, pero con aparente mediatez , previamente.
La idea ocurrida en el baño, de la cual solo se recuerde su aspecto o metatexto morfológico: el hecho de formar parte de otra numeración dentro de la brecha, ya que el pensamiento correspondería a los posteriores del cierre teórico de la brecha, pero con aparente mediatez , previamente.
XXVII (*)
¿Cómo no avasallarme de este modo, frente a tal acto de conciencia, cual un divino rayo atravesando el Olimpo, devino en mi ser, integrándolo al tiempo de su misma fragmentación infinita?
¿Cómo no lamentar este momento de plena comodidad conciencial, de comienzo de letargo invisible, inmediato (y simultáneo) igualmente, ante el descubrimiento de lo desconocido, que no era sino (lo conocido) familiar?
Siniestro.
Y ese encanto de pérdida de normalidad genuina, ilusoria, que reinaba en mi ser, como simple condensación de un Todo; transformóse (únicamente subjetualmente) de forma tal que permite la amplia exposición de todas las ideas, sin descartar ninguna, de la individualidad que parta, no importe su particularismo, manifestándose así un nuevo Todo, subjetual también, desde la polifonía conciencial que, una vez fragmentada, se unifica con más vigor.
Siniestro. Confesión.
De modo de manifestar la justicia reinante a partir del choque metafísico sufrido como ser, se abre paso a la declaración de una de las particularidades más extrañas de el Todo.
La obra como mercancía, inseparable de tal carácter. Aun sin pensarse jamás como tal, sin ser objeto de constante espectación, ni tampoco, como es de esperar por la no difusión tenida, de expectación exterior alguna. Solo la propia obra como sí, expeta y oficia como espectador de sí misma.
Siniestro.
La resignificación de la numeración del fragmento, acompañará esta proclama, originada en las entrañas mismas del Ser, en su momento de transición subjetual, de transformación polifónica esclarecida, vislumbramiento del Todo como una compleja red de particularidades iluminadas por el conocimiento colectivo en conjunto, tomando, también, lo externo como prevenido sobre lo acontecido.
Por esta razón se abrirá una brecha en el XXVII, manifestándolo como HITO a mitificar.
Se procederá a la publicación de tantas ideas como se habían manifestado previo a él, continuando con la numeración dejada en día anterior.
Esta brecha se señalizará con un asterisco*, dejando el fragmento dos veces, como comienzo y final de la misma, únicamente diferenciados por un paréntesis () en el primero.
¿Cómo no lamentar este momento de plena comodidad conciencial, de comienzo de letargo invisible, inmediato (y simultáneo) igualmente, ante el descubrimiento de lo desconocido, que no era sino (lo conocido) familiar?
Siniestro.
Y ese encanto de pérdida de normalidad genuina, ilusoria, que reinaba en mi ser, como simple condensación de un Todo; transformóse (únicamente subjetualmente) de forma tal que permite la amplia exposición de todas las ideas, sin descartar ninguna, de la individualidad que parta, no importe su particularismo, manifestándose así un nuevo Todo, subjetual también, desde la polifonía conciencial que, una vez fragmentada, se unifica con más vigor.
Siniestro. Confesión.
De modo de manifestar la justicia reinante a partir del choque metafísico sufrido como ser, se abre paso a la declaración de una de las particularidades más extrañas de el Todo.
La obra como mercancía, inseparable de tal carácter. Aun sin pensarse jamás como tal, sin ser objeto de constante espectación, ni tampoco, como es de esperar por la no difusión tenida, de expectación exterior alguna. Solo la propia obra como sí, expeta y oficia como espectador de sí misma.
Siniestro.
La resignificación de la numeración del fragmento, acompañará esta proclama, originada en las entrañas mismas del Ser, en su momento de transición subjetual, de transformación polifónica esclarecida, vislumbramiento del Todo como una compleja red de particularidades iluminadas por el conocimiento colectivo en conjunto, tomando, también, lo externo como prevenido sobre lo acontecido.
Por esta razón se abrirá una brecha en el XXVII, manifestándolo como HITO a mitificar.
Se procederá a la publicación de tantas ideas como se habían manifestado previo a él, continuando con la numeración dejada en día anterior.
Esta brecha se señalizará con un asterisco*, dejando el fragmento dos veces, como comienzo y final de la misma, únicamente diferenciados por un paréntesis () en el primero.
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