viernes, 8 de junio de 2007

XVII

Un par de manos, y sus caricias.
Un par de manos son solamente unas caricias.
Frente a un espejo, donde se autosatisfacen, enamoradas, amputadas, suplementarias.
Muy quietamente las descubren, duplicadas, en su textura, enjabonada, suave y ramificada. Entre ambas forman una identidad.


[PD rallentis, de manso enjabonadas, la cámara pasa haciendo caricias, al igual que las manos; primero desde casi lo anabólico, apenas entendemos que es piel. Luego las manos van alejándose, con los sucesivos planos de las manos.]


Es el descubrir el trauma, de temor a la acusación pública, de la carga de la condena moral, del peso de ser el culpable.{Amor, Fútbol; Teoría de la Moral Natural}

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